Cada empresa ha de encontrar, además de su propia palabra, su propio atributo. Hay que tener en cuenta que para cada atributo hay otro opuesto que resulta igual de efectivo. Esta ley plantea que la marca debe buscar un atributo diferente al de la competencia y una vez haya alcanzado dicho atributo destacar su relevancia, el principal objetivo de incrementar su participación. Una marca debe de perseguir que el consumidor le profese una identificación inmediata, buscando ser una opción decisiva en su elección y, por supuesto, en su proceso de decisión de compra. Optar por el mismo o similar atributo principal de otra marca hará que ésta sea una opción más, que se pierda la oportunidad de trascender y que no se sepa qué camino seguir para alcanzar el éxito. El consumidor de hoy es exigente, por lo que tener estrategias determinadas y diferenciar nuestro principal atributo como marca puede resultar fundamental. A partir de ahí ya podremos hablar de qué tipo de posicionamiento buscamos.
Por ejemplo, en la línea de Shampoo para el cabello, Head & Shoulders siempre se ha destacado en ofrecer una línea de este producto que combate la caspa, y ese es su principal atributo para hacer el marketing de la marca.