En la mayoría de las campañas de marketing siempre se trata de tener algo implícito sobre el futuro. Sin embargo, los planes de marketing basados en lo que ocurrirá en el futuro por lo general se equivocan. Ni con los mejores tecnologías actuales se puede predecir el pronóstico del tiempo ni siquiera con tres días de antelación. Entonces ¿será fácil predecir lo que pasará con nuestro mercado con tres años de anticipación?. Los fallos al predecir la reacción de la competencia es una de las razones principales de los fracasos en marketing. La mayoría de los problemas de las empresas no están relacionados con el enfoque del marketing a corto plazo. El problema es de enfoque financiero a corto plazo. La mayoría de las empresas viven de informes trimestrales. Las empresas que viven para los números mueren por los números. La buena planificación a corto plazo es encontrar el camino que diferencie a nuestro producto o empresa. Luego, se establece una dirección de marketing coherente a largo plazo que desarrolle un programa para aprovechar al máximo esa idea. No es un plan a largo plazo, sino una orientación a largo plazo.
Por más planes de marketing, análisis, evaluaciones y demás, nunca vas a saber como van a actuar los competidores, por eso incluso es importante no tratar de utilizar las mismas estrategias. El factor sorpresa puede ser catastrófico. Por ahí intentas copiar su acción y ellos cambian radicalmente, entonces quedarás mal parado como marca. La competencia puede actuar como quiera y eso nunca lo vamos a saber con certeza.
Un ejemplo que puede clarificar este ejemplo es lo que ocurre actualmente en el sector de los supermercados y es el ingreso de nuevas compañías que han hecho cambiar el sector y por tanto han hecho cambiar las políticas de marketing que anteriormente no modificaban por no tener competidores en la región.